Investigadores de la Universidad de Chile publicaron un estudio que determina que el agua embotellada que se consume en nuestro país, supera los niveles de arsénico permitidos por las regulaciones chilenas de agua potable, la Organización Mundial de la Salud y la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos.
La muestra analizó la calidad del agua de diez marcas de agua embotellada disponibles para la venta en Santiago.
Así, se concluyó que la calidad del agua analizada cumple en general con la ley chilena para el agua embotellada. Sin embargo, el 30% de las muestras analizadas exceden los valores de arsénico, mientras que en el 40% de las muestras, el contenido de nitrato (NO3) es más alto que los valores de agua subterránea, lo que sugiere que la fuente de agua embotellada es superficial.
A esto se suma que, por ley, no se exige que el producto esté etiquetado con su composición química, “evitando así que los consumidores tomen decisiones informadas”, se lee en el resumen del estudio.
En nuestro país, el consumo de agua embotellada (conocida también como agua mineral) ha venido subiendo sostenidamente desde el año 2000, superando los 500 millones de litros vendidos en 2015.