"Los trabajadores en Chile han pedido una huelga general y están pidiendo solidaridad internacional. En Chile, las grandes empresas están empujando al Gobierno creando más represión, violencia y opresión. Las grandes empresas sólo se preocupan por las sanciones económicas, no por los derechos humanos, la justicia social ni cualquier forma de humanismo.
El boicot es un arma muy eficiente en la lucha violenta actual por la justicia social. Si somos suficientes para boicotear a las empresas de Chile, estas van a perder dinero y se verán obligados a implementar mejoras, como mejores condiciones de trabajo, mejor ambiente de trabajo, salarios más altos, responsabilidad del empleador y seguro a los trabajadores en Chile que lo están exigiendo. También contribuye a la menor explotación de las tierras de Chile y contrarresta la privatización del agua".