El empresario, Carlos Cardoen, llegó hasta la Corte Suprema para prestar declaraciones y recibir la notificación de la solicitud formal de extradición presentada por EE.UU., que lo acusa de exportar material de guerra a Irak en la década de los 80'.
Cardoen declarará por cargos de ilícitos aduaneros, declaraciones falsas, falseo de permisos y declaraciones para la importación de circonio desde EE.UU. a Chile para la fabricación de bombas racimo, vendidas posteriormente a Irak.
Además, se le entregó personalmente la notificación de solicitud formal de extradición presentada por Estados Unidos, donde tendría que afrontar una pena máxima de 35 años de presidio y una multa de 600.000 dólares (más de 400.000.000 de pesos).
La defensa refutó que EE.UU. estaba en conocimiento de estas ventas y acusan que en estos 25 años, desde que se dictó la acusación y se emitió la alerta roja de Interpol en 1993, se vulneraron sus derechos constitucionales.