Tras el primer triunfo de la Selección Chilena en Copa América varios elogiaron la estrategia del equipo, pero pocos saben lo que sucede dentro del camarín.
Se trata de Orlando Caicedo, de 61 años, quien juega el papel de sanador pránico (psicólogo) de La Roja en Brasil.
Traído bajo las ordenes de Reinaldo Rueda, se encarga de observar todo lo que influya en los jugadores. Los mira y analiza cuando ellos comparten entre sí, cuando almuerzan o cenan, en el calentamiento, en el camarín, en el entrenamiento. De esta manera va detectando quiénes pueden estar siendo víctimas de la presión, de las redes sociales o de los comentarios externos. Quiénes pueden estar sufriendo en silencio por algún problema personal o por algún roce con un compañero. Luego, conversa con Rueda y atacan el conflicto, buscando cambiar la energía negativa por positiva.
Esta fórmula la usaron en 2016, dándoles la Copa Libertadores de América a Atletico Nacional, sirvió, no se sabe, pero se vuelve a repetir con el cuadro nacional.
El objetivo de Caicedo es positivizar los ánimos en los jugadores, detectar puntos críticos y negativos, conversa con los jugadores de La Roja y los motiva, pero sin gritos, como es convencionalmente en los entrenadores de la mayoría de los deportes.