El ciudadano salvadoreño, Óscar Martínez, y su hija Valeria de dos años, fueron encontrados en el río Bravo, frontera natural entre México y EE.UU., quienes se ahogaron tratando de cruzarlo.
Su caso retrató la crisis migratoria entre ambos países de la manera más cruda que se ha conocido. El padre, la niña y su madre, quien avisó de lo que había sucedido, habían dejado El Salvador y emigraron a EE.UU. por falta de recursos.
Al llegar a Matamoros, México, a finales de la semana pasada, la familia salvadoreña se encontró con la ciudad colapsada por la migración, motivo por el cual se dispusieron a cruzar el río.
La mujer relató que Óscar se había dispuesto cruzar el río hasta Brownsville, Texas, pero cuando regresó a cruzar a la mujer, la niña se cayó al agua. La corriente se la llevó y Óscar trató de salvarla, pero ambos fallecieron.
Los agentes dieron con los dos cuerpos sin vida a 500 metros del lugar donde se perdieron. una parte de la familia que permanece en El Salvador, solicitó ayuda al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para repatriar los cuerpos.