La cédula de identidad es el documento oficial que acredita la identidad de una persona chilena, sin embargo, cada vez son más los organismos bancarios, comerciales y de salud que están exigiendo lector biométrico de huellas en nuestro país, lo que resulta inhabilitante para los adultos mayores.
En 2018, la Facultad de Medicina de la Universidad San Sebastián, en Santiago, reveló que un 48% de los adultos mayores que viven en hogares de acogida en la ciudad de Santiago, región Metropolitana, no presentan dactilograma, es decir su huella dactilar, lo que les trae consigo diversas dificultades en distintos ámbitos.
Este es precisamente uno de los argumentos que llevó al senador José Miguel Durana (UDI) a patrocinar el proyecto de ley que modifica la Ley Nº 19.496 sobre Protección de los Derechos del Consumidor con el objeto de asegurar que transacciones financieras y comerciales puedan ser realizadas con la sola presentación de la cédula de identidad como el documento de identificación por excelencia.
La iniciativa de autoría del senador David Sandoval (UDI) que ya inició su tramitación en la comisión de Economía de la Cámara Alta, incorpora el principio de inclusión financiera en las relaciones económicas lo que significa que todos los agentes financieros mantengan y ofrezcan todos los medios de pago existentes, independiente de las circunstancias personales de los consumidores.
“Se trata de que la cédula de identidad sea la subsidiaria de cualquier otro instrumento de verificación de esta y, de esta manera, obviar mecanismos como el marcador de huella digital para conocer la identidad de la persona que desea pagar para adquirir un determinado bien u obtener atención médica”, precisó el senador Durana.
Si bien, inicialmente la adopción de tecnologías como la verificación de la huella dactilar, se desarrolló, en muchos casos, para evitar la suplantación de personas, en la actualidad dichos elementos han terminado reemplazando la presentación de los documentos de identidad que el Estado ha definido como oficiales.