Chile da un paso inédito en la divulgación científica y ambiental con “Agua Viva, el Futuro del Mar”, la primera serie documental sobre acuicultura producida en el país y emitida por televisión abierta. Dirigida por el ingeniero y comunicador Tomás Vigneaux, la serie busca acercar a la ciudadanía al mundo del cultivo sustentable de especies marinas, destacando su impacto en la seguridad alimentaria, el desarrollo territorial y la conservación del océano.
Una serie que conecta el mar con la pantalla
Tras seis años de trabajo y tres intentando llevar su proyecto a la televisión, Tomás Vigneaux, ingeniero en acuicultura y comunicador, presenta “Agua Viva, el Futuro del Mar”, la primera serie documental sobre acuicultura en la televisión abierta chilena.
El estreno será el viernes 26 de abril a través de Mega 2, marcando un hito audiovisual al mostrar cómo se cultivan especies marinas en Chile, con una mirada crítica, científica y humana.
“Chile está entre los líderes mundiales en producción de salmónidos y mejillones, pero aún hay desconocimiento sobre la acuicultura. Con esta serie queremos cambiar eso”, señala Vigneaux, quien también es el conductor del espacio.
Ocho capítulos para comprender la acuicultura chilena
La serie consta de 8 capítulos, tres de los cuales están dedicados exclusivamente a la salmonicultura. El primero muestra el ciclo productivo completo del salmón, desde la fertilización hasta su llegada a mercados internacionales.
El segundo capítulo aborda los desafíos sanitarios y medioambientales, incorporando las voces de científicos, académicos, comunidades locales y trabajadores del rubro. El tercero proyecta el futuro del sector desde una perspectiva tecnológica y sostenible.
“También mostramos experiencias de acuicultura con fines restaurativos, como el repoblamiento de especies endémicas. La acuicultura no solo genera utilidades, también puede conservar biodiversidad”, destaca el director.
Una historia que busca recuperar el vínculo con la ciudadanía
Durante la avant-premiere de la serie, representantes del mundo científico, académico, laboral y autoridades regionales coincidieron en un punto clave: reducir la brecha entre la industria acuícola y la ciudadanía.
La Dra. Alicia Gallardo, presidenta de la Comisión de Animales Acuáticos de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), recordó el impacto global del salmón chileno:
“Un ministro extranjero me dijo: Gracias por el salmón chileno, que alimentó a mi pueblo. Esa es la magnitud de lo que hacemos”.
Gallardo recalcó:
“Chile está en el top 10 mundial en sanidad acuática. Debemos perder el miedo a comunicarlo. Hoy, más que nunca, necesitamos hablar con evidencia y orgullo”.
Una industria eficiente y con impacto territorial
Uno de los aspectos más destacados en la serie es la eficiencia de la acuicultura como fuente de proteína:
“Un salmón crece con solo 1,1 kg de alimento por kilo producido, gracias a que, al ser de sangre fría, no necesita gastar energía en regular su temperatura”.
Además, se subraya el impacto de esta actividad en el desarrollo del sur de Chile, donde miles de personas y pequeñas empresas participan del ecosistema acuícola, generando empleo, innovación y dinamismo local.
Transparencia, tecnología y futuro
La serie también aborda el desafío de recuperar la licencia social de la acuicultura en Chile. Según sus realizadores, parte del rechazo se origina en desinformación o campañas externas que no siempre reflejan la realidad del sector.
Por eso, Agua Viva pone énfasis en mostrar con claridad los procesos, tecnologías y esfuerzos de mitigación de impacto ambiental, incluyendo iniciativas de educación, turismo científico y monitoreo ambiental.
“Si logramos comunicar lo que realmente hacemos, podemos cambiar la percepción de toda una industria”, afirma Vigneaux.
El orgullo de quienes construyen esta historia
La serie también da voz a los trabajadores de la acuicultura, una dimensión pocas veces visibilizada en los medios.
Marta Oyarzo, presidenta de la Coordinadora Nacional de Trabajadores del Salmón, hizo un llamado a comunicar hacia fuera:
“Nos aplaudimos entre nosotros, pero somos 70 mil personas que deberíamos estar orgullosas del trabajo que hacemos y compartirlo con el resto del país”.
Ese mismo orgullo es el que Vigneaux espera despertar con Agua Viva:
“Queremos que los chilenos reconozcan el nivel que hemos alcanzado en acuicultura. Pero para lograrlo, necesitamos sumar a todos: trabajadores, instituciones, autoridades y la comunidad”.
Un hito en la televisión abierta chilena
“Agua Viva, el Futuro del Mar” marca un antes y un después en la forma en que se muestra la acuicultura en Chile. Por primera vez, la televisión abierta dedica una serie completa a contar, desde dentro, cómo cultivamos nuestro mar.
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